Corría un caluroso julio de 1987, faltaban pocos días para la inauguración. Se invitó por carta a los vecinos y fue una bonita presentación en el barrio. La de la foto es mi madre (premio para quién la encuentre en la imagen, ya que está un poco camuflada), la iniciadora de todo esto, veis como era el interior de una ferretería por aquellos entonces, muchas cajitas, el nombre se escogió de forma sencilla, era una ferretería, pues fer  y por mi madre Concepción las letras con FERCON, así que ya sabes por donde toma el nombre la tienda, durante toda esta aventura, hemos podidos hacer buenos amigos, buenos clientes, al final una tienda es un ser vivo, que siente, padece, pero que si le pones mimo y dedicación siempre se saca algo positivo.